En Levedad Insoportable, Miler Lagos construye una imagen aparentemente familiar: un grupo de globos metálicos en forma de corazón anclados al suelo. A primera vista, todo sugiere ligereza y celebración. Pero el asombro surge al notar que estos globos, lejos de flotar, apenas se tambalean por efecto de su peso: están hechos de concreto y acero, y cada uno puede llegar a pesar entre 6 y 9 kg.
La instalación juega con la ambigüedad entre apariencia y materia. Lagos fuerza al espectador a abandonar la literalidad de la imagen para enfrentarse a una experiencia sensorial que revela la contradicción entre lo que vemos y lo que es. El gesto de “simular” transforma la lectura inmediata del objeto en una reflexión crítica sobre la forma en que construimos sentido: el globo, ícono del afecto cotidiano, se vuelve aquí un artefacto denso, inquietante y peligroso.
La obra desmonta nuestras certezas perceptivas y nos enfrenta al límite de la ilusión. Como ha señalado la curadora Paula Silva, Levedad Insoportable pone en jaque nuestra confianza en la imagen y obliga al espectador a revisar los códigos culturales que dan forma a su interpretación del mundo. En ese desajuste entre lo que se ve y lo que se pesa, la obra tensiona el vínculo entre cultura, materia y creencia.
