Federico Ovalles tiene un lenguaje único que parte del entramado histórico y social de su origen venezolano, común a una región que se fraguó bajo promesas utópicas urbanas que derivaron en megápolis absurdamente distópicas. Es de esta incongruencia que Ovalles desarrolla un lenguaje único y emocionalmente distintivo el cual genera y satura la estética de su obra. En su trabajo existe un origen instintivo al igual que una racionalidad intuitiva que lo lleva a la búsqueda de una ‘heterotopía’, término que hace referencia a ese espacio extraño en donde se desafían lógica y orden y que hoy día se ha convertido en una “normalidad” en nuestra existencia urbana.
Sus obras parten de los extremos de la utopía y la distopia, y crece orgánicamente hacia su nuevo orden heterotópico; en ella se establecen nuevos parámetros, se dignifican los deshechos de consumo y deconstrucción metódicamente encontrados en su camino y los redefine, despojándolos de su precariedad sublimándolos en extraordinarias obras de arte. Este ‘tropismo’, o crecimiento orgánico dirigido por un estímulo, dirige la investigación de Ovalles que busca en cada una de sus obras reafirmar la abstracción a través de la abstracción misma conjugando en ellas un nuevo adjetivo como lo define el apropiado título de esta muestra.