“Laberinto” es una videoinstalación multisensorial que combina diferentes formatos: vídeo-perfomance, instalación, imagen en movimiento y sonido. Invita al espectador a reflexionar sobre la dimensión de la violencia incrustada en nuestros cuerpos. La obra utiliza el gesto como base para explorar cómo las huellas de la violencia se inscriben en la psique y en los afectados, y los cuerpos que somos y cómo responden a los fundamentos de nuestro esquema social.
De esta manera, se articula a través de un montaje de multipantallas yuxtapuestas, que cierra la temporalidad dando paso a la libertad del destino narrativo, reformulando así la videoinstalación como un camino alternativo que permite la construcción de un terreno para la empatía, donde Podemos leer precisamente en el gesto esta historia fragmentada y no contada.