Edgar Guzmanruiz es arquitecto graduado de la Universidad de Los Andes (1993) con una maestría en Arte y Arquitectura en la Academia de Arte de Düsseldorf (2000), donde estudió bajo la tutela de Christian Megert y Gerhard Merz.
Guzmanruiz ha sido becario del Servicio Alemán de Intercambio Académico (DAAD) y del Kunstverein Bellevue-Saal, realizando una residencia artística en Wiesbaden en 2009.
Su obra ha sido exhibida en Egipto, Francia, Japón, Alemania, Estados Unidos y Colombia. Fue finalista del Premio Luis Caballero 2006-2007 y ganó el concurso de Exposiciones Individuales de la Galería Santafé en 2004. Recibió una mención de honor en el Premio Memoria 2005.
Sus trabajos se encuentran en colecciones de arte del MOLAA en California, el Museo Schloss Freudenberg en Wiesbaden, el Berliner Unterwelten e.V. en Berlín, al igual que diversos museos en Bogotá y Medellín.
Actualmente se desempeña como profesor asistente de la Universidad de los Andes en el área de artes plásticas del Departamento de Arte, donde dicta escultura y arte en espacio público. Ha sido profesor, conferencista y tallerista sobre las relaciones entre Arte, Arquitectura, Escultura y Diseño en las universidades Nacional de Colombia y Javeriana en Bogotá.
Los trabajos de Guzmanruiz construyen vínculos entre el arte y la arquitectura. Sus intervenciones buscan interceptar, superponer, clonar o deformar el lugar de que ocupan. Mientras algunas tienen su origen en el despliegue espacial de un dibujo o una pintura, otras parten del espacio arquitectónico existente transformándolo y generando alteraciones en su percepción. El objeto de estudio en las primeras obras, que se moldean con un lenguaje principalmente geométrico, se orienta a indagar cómo percibimos y recorremos los seres humanos el espacio arquitectónico, y a cómo nos relacionamos a través de los objetos.
En las obras se lee una constante en la utilización de pocos elementos y materiales apelando a una comunicación universal con el visitante, elementos como la luz, la sombra, la transparencia, la translucidez y el vacío se transforman en materiales de trabajo que trascienden su fisicalidad estableciendo nuevas formas de apreciación visual y percepción sensorial de tiempo y espacio.