Luis Fernando Zapata Colombiano , 1951-1994

Luis Fernando Zapata (1951-1994) es un artista cuya obra constituye una profunda meditación sobre la fragilidad humana, la espiritualidad y la permanencia de la memoria. A través de esculturas, relieves y objetos rituales creados entre 1988 y 1994, Zapata concibió el arte como un espacio de transición entre lo terrenal y lo eterno, entrelazando influencias de las culturas mesoamericanas, egipcias y mesopotámicas con una reflexión sobre la materialidad, el cuerpo y el tiempo.

 

Su práctica, desarrollada principalmente en París a finales de la década de 1980, se consolidó como un acto de resistencia estética frente al impacto del VIH. En diálogo con su experiencia vital, su obra se convierte en un manifiesto silencioso de trascendencia: cada barcaza, estela o sarcófago se erige como

un umbral simbólico, una «puerta de luz» hacia lo inmemorial.

 

Nuestras dos exposiciones, tanto en la galería en el 2024 como en Art Basel Miami Beach 2025, tituladas «Lo Inmemorial», aluden al concepto formulado por Jean-François Lyotard, quien lo define como «aquello que no puede ser recordado ni olvidado; es aquello que regresa de forma misteriosa». En las obras de Zapata, la materia —pulpa de papel, pigmentos naturales y objetos orgánicos— adquiere una dimensión sagrada, evocando reliquias de civilizaciones antiguas y configurando una arqueología del alma.

 

Conmemorando el 30 aniversario del fallecimiento del artista, hemos revisitado las obras custodiadas durante tres décadas por Alonso Garcés, custodio de su legado, y que ahora resurgen como testimonio de una sensibilidad adelantada a su tiempo.

 

La obra de Luis Fernando Zapata forma parte de prestigiosas colecciones institucionales, como el Centro Pompidou (París), el Museo Reina Sofía (Madrid), el Museo de Arte Leslie-Lohman (Nueva York), el Museo del Banco de la República (Bogotá) y el Museo de Arte Moderno de Bogotá (MAMBO), además del Museo Guggenheim de Nueva York y destacadas colecciones privadas en América, Europa y Latinoamérica.

 

En un momento en que el arte contemporáneo revisita nociones de ritual, cuerpo y espiritualidad, la obra de Zapata adquiere una relevancia luminosa, revelando la capacidad del arte para perdurar como testimonio del alma humana.