Nacido en 1943, el artista cubano Ernesto Briel encontró inspiración en el Arte Óptico en medio de las múltiples limitaciones de su país en las dos décadas posteriores al triunfo de la revolución. Enfrentó tanto el aislamiento impuesto por el embargo cultural estadounidense de los años sesenta, como la implacable persecución del régimen Castrista que fijó leyes absolutamente homofóbicas a principios de los setenta; de esa forma, encontró en estos desafíos la motivación que nutriría su prolífica vida artística tanto plástica como dramática. Jugó un papel decisivo en la circulación de la abstracción geométrica en Cuba y fue fundador del Grupo Cubano de Arte Óptico. Muchas de sus obras encontraron difusión en el periódico Signos; una publicación nacional de distribución mensual que se manifestaba como un esfuerzo consciente para prevenir el aislamiento cultural cubano dada la rigurosidad del embargo internacional al que estaba sometida. Briel salió de Cuba a través del puente del Mariel en 1980 y continuó su práctica en Nueva York recibiendo el premio-beca de la Fundación Cintas en 1989 y exhibiendo en una serie de exposiciones individuales y colectivas. Dichas exposiciones incluyeron la ahora históricamente relevante exposición Duo Geo en 1992, que presentó el trabajo de Briel junto a su amiga, compañera y artista cubana, Carmen Herrera. Murió por SIDA en 1993. Su legado vive a través de la enorme cantidad de desafíos que superó a través de una vida comprometida con su práctica artística, en especial por medio del lenguaje internacional del Op Art en donde encontró el medio óptimo para trascender las limitaciones geográficas y socio políticas de su entorno ampliando sus fronteras culturales.