Miguel Cardenas Colombia, 1973

La obra de Miguel Cárdenas desarrolla tensiones constantes entre un efecto óptico de monumentalidad y la intimidad de la ensoñación, entre narrativas de una historia recuperada y futuros especulativos, y entre la ilusión de una superficie pictórica y el peso gravitacional y matérico de sus objetos escultóricos. Nacido en Bogotá en 1973 y con una trayectoria artística que se mece entre Colombia y Nueva York, Cárdenas ha desarrollado una práctica multidisciplinaria que evita la genealogía lineal; en cambio, crea narrativas polifónicas que convergen de maneras inesperadas.

Cada obra es un escenario que, bajo una innegable teatralidad, despliega una intimidad que evoca lo que yace bajo nuestra conciencia y más allá de toda lógica preconcebida, y que, con un imaginario que nos sitúa en los límites de la realidad, evoluciona hacia los territorios de un surrealismo quimérico.

El mundo en el que vivimos moldea indudablemente nuestras ideas y nos lleva a la búsqueda de un «ismo» que, a falta de un término mejor, ‘enclaustraría’ el universo creativo de Miguel. Ante la persistente necesidad de clasificar todo aquello que se nos presenta por primera vez, su obra nos reta a un desafío explícito y nos incita a descubrir el vocabulario que nos ayude a comprender y expresar con claridad la clasificación de su obra —si es que existe alguna. Últimamente, nos resignamos a que su obra desafía clasificación alguna y que podrá solamente ser enteramente comprendida en un futuro tal vez no muy cercano.

 

Mi obra convoca el mundo de la imaginación: lo bello, lo grotesco y lo fantástico. Mis objetos refieren a restos arqueológicos de una era que es al mismo tiempo pasada y futura, emergiendo de un lenguaje formal que vincula el arte prehistórico y clásico, el modernismo y la fantasía de las formas de arte por venir.
Me inspiran los cimientos psíquicos colectivos de la sociedad —aquellos visibles en los sueños y las mitologías— y las estructuras de significado compartidas entre culturas. Estas resonancias han influido profundamente mis esculturas y pinturas, donde asimilo narrativas y formas provenientes del arte oceánico, precolombino, griego y romano. También me interesa la exploración contemporánea del realismo y los múltiples significados del objeto en relación con su contexto.
Trabajo en el estudio manipulando cera, pintura, arcilla y cualquier otro material que se cruce en mi camino. Busco un equilibrio entre el control meticuloso y el accidente, en un proceso donde lo inesperado se convierte en revelación